Proyecto VETA @ Espacio Pool
Madstock formamos parte de proyecto VETA.
Rosell Meseguer lo describe así:
“Hay un modo de construir historias en el proceso artístico de estos relatos: las capas toman significado a nivel individual y lo potencian en el colectivo.El exceso de estas capas, la suma de las mismas y la creación del mundo que de ellas se genera, construye una fórmula de relatos ficticios que emergen de la realidad.La profundidad o superficialidad de estas capas, es, al igual que para la Historia, una manera de insertar relatos posibles o soñados, historias verdaderas o inventadas.”
Nos llamaron para idear y construir un espacio que reuniese las condiciones necesarias para una instalación audiovisual en la que participaban varios artistas, comisariada por ZUNDER collective
Nuestra regla en este tipo de proyectos es que el coste tienda a cero, por lo que la cuestión del ¿cómo lo hacemos? la respondimos rapidamente: no vamos a comprar material para este habitáculo, vamos a usar el que ya tenemos. Y por circunstancias que no conciernen ahora, disponíamos de una gran cantidad de cajas de fruta que habíamos cogido de las calles de Madrid, las llevamos a Bellas Artes y empezamos a jugar.
En función del material, hay tres tipos de cajas de fruta:
De madera, de plástico y de cartón. A veces, para rigidizar las primeras se usan tableros DM como base, lo que las hace mucho más pesadas.
Estas cajas están hechas para ser apiladas, y cuando esto ocurre, funcionan estupendamente a compresión. Los ángulos son la clave, y es ahí donde se transmite el peso, el resto de la superficie es más blanda. Y una diferencia fundamental entre las de cartón y las otras, es que las últimas están llenas de huecos, por lo que puestas de canto unas sobre otras forman una celosía estupenda.
¡Pero! Recordamos que nuestro “cacharro” tenía que ser contenedor de un espacio oscuro y aislado en lo posible del ruido exterior. Una celosía no tenía demasiado sentido.
Se nos ocurrió hacer, en concordancia con el concepto de capas del proyecto un juego por el cual, lo que veas desde fuera no tiene nada que ver con lo que hay dentro. Una sorpresa. Dentro sólo necesitas sentarte a mirar y escuchar. No debe haber nada que te distraiga. Un espacio lo más neutro posible, y lo más puro y sencillo para construir, es efectivamente un cubo.
La estructura hecha de palets:
La cubierta y la rigidización del conjunto hecha con tableros OSB
Una vez hecho el esqueleto, queríamos ver como podríamos situar las cajas, de manera que cumpliesen la función: tapar los huecos que los palets habían dejado y que la apariencia exterior chocase con el interior.
Empezamos experimentando las uniones entre las cajas…
Así, Lolita pudo estar cerca de Pink Lady, Cachirulo conquistó las cuatro paredes, y en los espacios sobrantes pudimos encajar las cajas de fresas, mucho más pequeñas, y que al principio desechábamos, pero que, señores, corresponden al espíritu de la estación primaveral en la que nos encontramos!
No tenemos una foto del interior, pero sería lo mismo que poner una imagen negra. Conseguimos envolver el interior en papel negro, lo que aisló completamente el habitáculo del bullicioso y luminoso mundo exterior del que estaba rodeado.
Para rematar, quisimos enfocar la entrada con una tela naranja que funcionó como filtro cortina interior-exterior, y que se elevaba hasta el árbol que teníamos delante. No tenía pérdida.
Contentos con el resultado, el día clave nos dedicamos, entre otros, a pasear por los alrededores con la intención de escuchar opiniones ajenas indirectamente. ¡Cual fue nuestra sorpresa al oír no una sino varias veces lo fantástico que resultaría realizar cierta práctica amorosa dentro de ésta, nuestra “chabola chic”!
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