En el contexto de la Semana de la Arquitectura de Alcalá, decidimos plantear un taller que permitiera a los participantes en su transcurso aprender el uso de ciertas herramientas (taladro, lijadora, caladora…). Además, queríamos reivindicar el derecho de los estudiantes al descanso, lo que nos llevó a plantear una estructura consistente en una serie de pórticos de madera de los que colgarían unas hamacas.
El lugar destinado a albergar este artefacto era un patio con una fuente rectangular en el medio. ¡¿Y qué mejor sitio que la fuente para ayudarnos a contrarrestar los empujes de la estructura?!
El taller se desarrolló en 5 días. Durante el primer día se presentó la idea a un grupo de participantes con el objetivo de que hicieran una crítica del diseño, plantearan modificaciones, y así lo hicieran suyo, ya que iba a estar destinado a su disfrute. Otro grupo se dedicó al replanteo de la fuente, algo que raramente se nos pide que hagamos a lo largo de la carrera. Y por último, el resto se centró en aprender el manejo de las herramientas. En los tres días centrales se llevó a cabo el corte y ensamblaje de las piezas de madera, así como la confección manual de las redes que harían las veces de asientos. El quinto y último día tuvo lugar la inserción de la estructura en la fuente. ¡Al fin sabríamos si el trabajo realizado habría sido en vano! Nos dispusimos a meterla en la fuente y al principio, todo parecía ir bien, pero… ¡Se quedó atascada! Sin embargo, no íbamos a permitirlo, así que, con la ayuda de dos valientes que se metieron en la fuente, conseguimos introducir completamente la estructura.
Finalmente, al terminar el taller, comprobamos entusiasmados cómo la gente se disponía a disfrutar de la tarde tumbados en sus nuevas hamacas.